octubre 2022
Existen unas pocas señales clave que destacan en las relaciones sanas...
No hay dos parejas iguales. Lo que funciona para una, no funciona para otra. Y porque existen muchos tipos de relaciones, como las relaciones abiertas, monogamia, no monogamia ética (¿te llama la atención alguna acompañante Aphrodite? Guiño, guiño), poliamor y un largo etcétera, no existe un único parámetro para definir una relación sana.
No solo eso, sino que las necesidades e ideales difieren según la edad de las personas. Lo que uno busca a los 20 puede ser muy distinto de lo que uno quiere a los 30, 40, etc.
Y, por supuesto, hay gente que no sabe lo que quiere. Esto puede deberse a que nunca han mantenido una relación seria, o quizá es porque carecieron de un modelo a seguir. Puede que sus padres tuviesen una relación tóxica. Esto podría normalizar conductas que no lo son, dificultando la comprensión de lo que es una relación sana.
Por otro lado, hay más elementos que uno puede identificar para ayudarle a descubrir si está en una relación sana o no. A pesar de la educación recibida o la falta de experiencia en relaciones, repasaremos algunas señales clave de las relaciones sanas.
Estas 15 señales, anotadas por las expertas Kaytee Gillis, psicoterapeuta, y Andrea Bonior, psicóloga clínica, pueden ayudar a todo el mundo en su viaje hacia una relación sana.
Las relaciones funcionales y sanas, especialmente cuando existe un compromiso serio, cuentan con estas características. No son opcionales. Si no están presentes, debe remediarse de inmediato.
Sin confianza, no hay un cimiento sólido. La confianza es una necesidad básica que permite a la pareja crear una intimidad emocional. Sin ella, la pareja queda en un estado constante de duda sobre los actos del otro. La gente se pregunta si de verdad puede confiar en su pareja y si es cierto lo que le cuenta. Si no hay confianza, hay bastantes probabilidades de que siempre te invada una sensación de vulnerabilidad y estrés. La confianza llega con el tiempo. E incluso si se destruye, puede reconstruirse... lo cual también lleva tiempo. Se basa en decir lo que piensas, y pensar lo que dices, en ser vulnerable, respetuoso y capaz de expresar tus sentimientos con naturalidad.
La comunicación siempre es muy importante, pero lo es especialmente cuando es difícil. Este aspecto le cuesta a mucha gente. Muchos de nosotros nos guardamos las cosas para mantener la paz o aparentar que todo va bien, pero nunca funciona. La comunicación también es difícil para aquellos a quienes les cuesta reconocer sus sentimientos. En resumen, la comunicación durante los momentos difíciles puede llevar al resentimiento, sentirse amenazado y terminar en una discusión. Al final del día, la comunicación es esencial para expresar necesidades y deseos, y discutir los límites... todo lo cual son elementos de una relación sana. Puede conllevar tiempo, pero solo se necesita práctica y autorreflexión.
La empatía es la habilidad para entender y compartir los sentimientos de otro. Cuando alguien está dispuesto a ponerse en el lugar de otro, es extremadamente útil. Para practicar la empatía, necesitas realizar un esfuerzo para intentar comprender el punto de vista de tu pareja, incluso si no la compartes. Cuando se sienten mal, por cualquier motivo, ¿eres capaz de hacerla sentir mejor? Y cuando son felices, ¿puedes compartir su triunfo y emocionarte de verdad por ella?
El amor, en la forma de afecto, muestra un interés genuino por la otra persona. Esta clase de afecto puede ser un abrazo, beso, tomar de la mano, caricia. Dichos gestos consiguen que la pareja se sienta apoyada y segura en una relación. Por supuesto, cada pareja es única, y cada persona prefiere un tipo y cantidad de afecto distinto. Descubrirlo y demostrarlo significa que uno está interesado en el bienestar de su pareja. Es una señal de atracción más que una obligación.
Un componente clave del compromiso es la habilidad de ser flexible. Cuando la pareja dispone de flexibilidad en su día a día, conduce a un equilibrio sano. Este equilibrio muestra que están dispuestos a crecer y cambiar para satisfacer las necesidades del otro. Si una persona no está dispuesta a comprometerse, el desequilibrio puede desencadenar toxicidad. El compromiso cobra especial importancia durante un conflicto. La pareja debería ser capaz de expresar sus sentimientos y ceder para satisfacer las expectativas del otro. Una relación no consiste en recorrer dos caminos separados, sino el mismo en compañía.
Cuando hay gratitud en una relación, la pareja tiende a ser mucho más feliz y a sentirse más segura. No solo eso, sino que permite ambos sentirse más valorados por quienes son. En resumen, la gratitud puede aumentar el bienestar de la pareja. Expresar gratitud puede hacerse de muchas formas. Puede tratarse de un simple "muchas gracias", o mostrarse comprensivo hacia la pareja sin motivo.
Cuando se termina la fase luna de miel, es fácil aburrirse o sentirse atrapado. Por eso es tan importante contar con espacio para crecer. La gente odia sentir que no progresa. Y no es sano creer que las personas y parejas serán siempre iguales a lo largo de los meses, años y décadas. Cuando eres capaz de hablar y permitir a tu pareja alcanzar sus metas, intereses, miedos y futuro junto, les das espacio para crecer. Trata de darse cuenta de que la gente cambia con el tiempo, y rara vez sigue igual. Tómate tiempo para descubrir qué es importante para tu pareja, y deja las expectativas al margen.
Existen varias formas de respeto, tanto dentro como fuera de una relación. Pero cuando se trata de tu pareja, el respeto significa hablar de forma que nadie se sienta menospreciado y subestimado. La falta de respeto es no proteger la privacidad del otro, utilizar a tu pareja con algún fin o hablar mal de ella frente a terceros. Respeto es valorar el tiempo y opinión de tu pareja. Cuando existe una falta de respeto, puede ser muy complicado reconstruir la relación. Es más sencillo respetar a tu pareja que deshacer el daño causado por la falta de respeto.
Las parejas discuten. Amigos, familia, compañeros... todos discutimos con todos. Pero existe la resolución de conflicto sana. La forma de pelear de una pareja puede predecir su futuro. Para empezar, guardarse el enfado o resentimiento no funciona. Es mejor expresar las emociones y trabajar para resolverlas. Y cuando se expresan las emociones, hay que hablar de forma respetuosa, empática y comprensiva en lugar de atacar o ignorar a la pareja. De hecho, estos últimos solo aumentarán el problema. Recordad que estáis en el mismo equipo, por lo que trabajar juntos es clave.
Hay dos extremos cuando se trata de interactuar. Hay gente que tiene muchísimas cosas en común, hasta el punto de aburrirse el uno del otro muy fácilmente, o tiene tan poco en común que no comparten los mismos valores o estilo de vida. En ambos escenarios, la pareja será incompatible. Pero cuando se coinciden en varias cosas, es posible establecer una conexión a pesar de que existan diferencias, las cuales deben ser respetadas y valoradas. La gente en una relación debería poder expresarse libremente y disfrutar de su individualidad mientras disfruta de una relación sólida.
Cuando se trata de límites, existen los básicos; intentar no cotillear el móvil, email y demás elementos personales de la pareja. Pero existen otros límites a tener en cuenta. Estos existen para que la gente se sienta segura y cómoda. Puede versar sobre límites al contacto físico, qué tipo de personas permiten en sus vidas, sobre qué temas discutir o cuáles resultan incómodos, etc. Teniendo esto en cuenta, respetar los límites de la pareja es fundamental. Si no se hace, la cosa terminará en discusiones y resentimiento.
Cuando alguien oculta cómo es en realidad, corre el riesgo de arruinar o no alcanzar una confianza sólida. Y, como hemos mencionado, la confianza es clave en una relación sana. Todo el mundo tiene un nivel de sinceridad con el que se siente cómodo, ya sea contando todo sobre su persona o conservando parte de su intimidad. Sin importar el tipo, es importante que exista sinceridad y honestidad. Ocultar las emociones es el gran obstáculo en el camino hacia una relación sana.
Como ocurre con la confianza, la seguridad es una capa extra que permite a la pareja sentirse cómoda. Un ejemplo sería el de cuando la pareja sale con sus amigos, viaja sola o participa en actividades sin la otra parte. En dichos escenarios, si existe seguridad en la relación, estas actividades no deberían suponer ningún problema, pues no levantaría sospechas ni celos. En su lugar, sería una forma de celebrar los intereses únicos e individuales de la pareja. Si no hay seguridad, el sentimiento de que algo va mal conducirá a momentos tóxicos. La razón no necesita guardar relación con la pareja. Podría deberse a experiencias pasadas. Pero descubrir la causa de la inseguridad puede ser extremadamente beneficioso.
Hemos mencionado la importancia de la individualidad, y de cómo las parejas deberían disfrutar de sus aficiones e intereses. Por otro lado, cuando las parejas comparten aficiones, tienden a durar más. Las actividades compartidas pueden englobar experiencias íntimas, entre otras muchas cosas. Ir a tomar café, entrenar juntos un par de veces a la semana, dar un paseo... todo esto son intereses compartidos. Y con un elemento íntimo, puede adoptar cualquier forma que os haga felices e incorporarlo a vuestros rituales de relación.
A menudo pensamos que el sexo es la única definición de intimidad física, pero no es cierto. Una relación puede ser sana, con o sin ella, dependiendo de las necesidades de la pareja. La intimidad física significa estar en la misma página y tener satisfechas las necesidades. Puede incluir besos, abrazos, juegos o dormir juntos. Estos actos ayudan a fortalecer los lazos y aumentar la conexión. Recuerda que una intimidad sana significa respetar los límites de tu pareja.
Tras leer estos 15 aspectos de una relación sana, ¿has estado alguna vez en una? Y si mantienes una relación en estos momentos, ¿crees que es sana? Da para reflexionar un buen rato...
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